LA
BATALLA FINAL
Y un día despiertas y el mundo ha cambiado, abres los
ojos mientras te desperezas y te levantas lentamente, el mundo parece seguir
girando, pero más lento, afuera están las mismas casas, las mismas calles, las
mismas tiendas, pero en segundos ya nada será igual, nada será lo mismo.
Algo había llegado a cambiar la manera en que se veía todo,
algo había llegado para imponer un nuevo orden social y los humanos no
estábamos incluidos en el cambio, nos convertimos en el principal objetivo.
Fue de golpe, aquellos que vivían corriendo y sin
descanso fueron obligados a dejar de correr, a vivir más lento, aquellas
personas que se creyeron sin corazón, la nueva situación hizo ver que tenían
uno, así como desaparecieron aquellos que fingieron toda la vida tener uno,
muchos fueron obligados a esforzarse el doble y muchos más a fallecer en el
intento, quienes habían ganado perdieron y también, en toda perdida siempre hay
alguien que salía ganando.
No había nuevo mundo aún, solo un colapso del mundo que
conocíamos, los cercanos se volvieron lejanos y los lejanos se alejaron aun
más, muchos incomprendidos y otros luchando por comprender, siempre existiría
aquel que siguió viviendo según sus reglas y el que no, el que se apegaba a las
nuevas leyes para sobrevivir en un mundo en convulsión, porque estabas en un
mundo donde las personas luchaban por ser aceptadas, pero eran las mismas que
no aceptaban si no pensabas como ellos.
La luz se había vuelto opaca, porque aquella ola de
nuevos conocimiento y cambios nos golpeó de frente, sin previo aviso, en un
mundo lleno de personas desinteresadas en el prójimo, nos vimos débiles,
desorganizados y muy poco preparados, no pudimos anticipar y las defensas
fueron derribadas sin oposición de quienes tuvieron que defenderlas. El
conflicto de buscar culpable no podía faltar en la fórmula.
Obligados a vivir escondidos, porque nadie quería ser
presa de los lacayos del nuevo gobernante, todos sabían que sucedía si caían en
las redes de quien era el nuevo líder mundial, quienes habían corrido la mala
suerte de ser atrapados, habían sido llevados lejos y jamás se le había vuelto
a ver, las historias de lo que sucedía eran muchas, ninguna corroborada.
Habían llegado a destruir todo por lo que alguna vez la
humanidad luchó, lo que alguna vez conoció, los grandes edificios, los enormes
parques recreativos, los lugares de paseo, todo eso había quedado en el olvido,
solo en los sueños de quienes les habían conocido.
En el tiempo trascurrido, los seres humanos se habían
dedicado a luchar por el poder contra los de su misma especie, el colapso del
mundo solo mostró el rostro de lo que ya sabíamos que existía, la envida, el
abuso de poder; el hambre del mismo, la discordia, la deshonestidad, la
injusticia, la intransigencia, la intolerancia, el irrespeto o la
irresponsabilidad.
Pero todo final siempre da paso a un nuevo inicio, un
resurgimiento, un cambio incómodo, pero necesario. Aquellos que quedaron vivos
y se habían mantenido escondidos, sabían que era tiempo de surgir de nuevo, la
naturaleza había agradecido la casi extinción de los humanos, jamás la habíamos
aprendido a apreciar tanto como en los nuevos inicios, era como había sido
siempre, nos albergó en sus entrañas, nos alimentó y confortó, había resurgido
entre las enormes selvas de cemento y apropiado de lo que siempre le
perteneció.
El mundo había quedado incomunicado desde el inicio,
tuvimos que aprender a sobrevivir como los hicieron nuestros antepasados que
nos habían heredado conocimos desde tiempo prehistóricos, aprendimos a
convivir, a luchar unidos y a mantenernos en pequeños grupos que intercambiaban
legumbres y semillas, un mundo donde las clases sociales no existían, nadie
tenía más o menos que nadie, los líderes siempre iban a existir, eran aquellas
personas que nos enseñaban a sobrevivir y guiaban a los pequeños grupos, además
se acordaban tratados, la palabra volvió a ser importante y de peso.
—Estamos listos. Comandante.
Era el aviso, era hora de salir, nos enfrentaríamos al
invasor sin saber cuántos volverían, alrededor pudo verse familias abrazadas,
despidiéndose de aquel valiente que saldría a luchar por aquella libertad que
nos había sido arrebatada tan rápido como un rayo impactando sobre una
superficie. Sollozos de seres que posiblemente era la última vez que se verían.
Madres abrazando a sus hijos, hijos abrazando a sus
padres, padres listos para la lucha que se aproximaba, filas de hombres,
mujeres y jóvenes valientes, dispuestos a dar su vida para que los que amaban
vivieran y tuvieran una vida más segura. Habíamos aprendido tantas cosas, a la
humanidad le había tocado luchar guerras contra sus propios hermanos, personas
desconocidas que habían tenido una familia, una vida, luchando por poder, honor
y gloria, dando su vida por personas que jamás conocerían sus nombres, pero en
la batalla final de la humanidad, lucharían por la vida de todos aquellos que
aún seguían de pie.
El comandante fue el primero en salir después de la
última lucha perdida, era un hombre imponente y valiente. Se paró a la orilla,
contemplando con sus ojos cansados lo que aún quedaba para ver. Vi desde aquel
alto risco la nube que cubría el lugar y más allá. De pie contra el viento, él
y los hombres que le seguían tenían un largo camino que recorrer, cubiertos con
sus trajes de bioseguridad, parchados y deteriorados, pero con la seguridad que
iban a lograrlo.
Wendy Bobadilla es la mejor maestra y consejera que puede concer en esta vida...
ResponderEliminarEs muy interesante su novela Miss y le deseó todo el ÉXITO del mundo porque se lo merece. Usted es una mujer GUERRERA, FIRME, SEGURA DE SI MISMA y sobre todo TALENTOSA...❤��
Wendy Bobadilla es la mejor maestra y consejera que puede concer en esta vida...
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